En el camino paramos en Consenza, hermosa ciudad, muy auténtica italiana, de esas que uno veía en las películas de Sofia Loren con la ropa colgada de los balcones, muy típica del sur, con un río que la cruza fue la delicia del medio del viaje.
Pero de a poco nos fuimos adentrando en el parque Nacional della Sila, enorme en su extensión pero una carretera en muy buen estado lo cruza y lo atraviesa, conectando el Jónico con el Tirreno.
Nosotos nos alojábamos en un pequeño pero muy bonito hotel cerca de San Giovanni in Fiore (sobre la ruta) que es el pueblo más grande de la zona justo en medio del parque y de esa parte de Italia.
El problema que tuvimos es que HACIA CALOR, con lo cual la idea de esquiar comenzaba a desaparecer. Al parecer todo el invierno había sido "caldo" y las pistas de esqui y sus pueblos estaban cerrados, los hoteles ni siquiera habían abierto, no obstante ello nosotros perseveramos.
En la zona hay dos pistas de esqui, la de Lorica y la de Camigliatello Silano. Primero fuimos a Lorica a ver cómo era la situación y además visitar el lago que es muy bonito.
Al parecer estaban construyendo una aerosilla y la pista estaba cerrada todo el invierno y, al parecer también el siguiente -es decir, 2016/2017-.
Asi que nos fuimos a Camigliatello Silano que es un pueblo pequeño pero pintoresco dedicado exclusivamente a los deportes invernales -Nota importante, nos hubiera convenido alojarnos aquí pero aunque busqué y busqué información nada apuntaba a que este lugar existiera ni tampoco que hubiera hoteles y apartamentos para alquilar cerca de las pistas-. La mayoría de los hoteles y restaurantes estaban cerrados por el calor y ya no iban a abrir por la temporada invernal, ya estábamos en febrero y la cuestión no mejoraba.
No obstante ello, preguntamos y llegamos a la pista de esquí en la montaña y, HABIA NIEVE!, poca, no ideal para esquiar pero algo había.
Los chicos de la escuela de ski de calabria -el único local abierto- nos dijeron que esa noche iba a cambiar el viento y nevar y que quizás mañana podíamos tener suerte y practicar, asi que volvimos al hotel y nos dispusimos a ir al dia siguiente.
Esa noche nevó y al otro día estaba todo blanco pero llovía, Julieta y Chris fueron igual pero volvieron frustrados, con lluvia no se puede... y no había nada que hacer, trekking con el frío y el bebe de 4 meses no era opción asi que fuimos a la costa del jónico, a la ciudad de Crotone, donde recorrimos las ruinas antiguas griegas que hay allí y el centro de la misma.
Al día siguiente volvimos a ir a la pista de esquí y esta vez tuvimos suerte, Marco el instructor nos dijo que si podíamos aprender, nos alquilaron el equipo y la clase por 25$ y pasamos ahí una hermosa tarde.
El último día en el parque antes de partir hacia Lauria, Potenza, volvimos por una clase más y subimos a tomar un chocolate caliente a la punta de la montaña subiendo por el funicular.
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